Aparte de con unos impecables números recientes en Barcelona (aquí transporta 13 partidos sin perder y los 10 últimos sin ceder un solo equipo ) Carlos Alcaraz llega a la semifinal del Trofeo Conde de Godó con una racha de ocho victorias consecutivas en el circuito, la mejor que ha tenido desde su gran verano de 2024, truncado ásperamente por la derrota con Botic Van de Zandschulp en segunda ronda del US Open.
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Desde ese momento hasta el inicio en Montecarlo de su actual serie de triunfos, es verdad que ganó torneos como los ATP 500 de Pekín y Róterdam, pero la irregularidad se convirtió en una constante llegando quizá a tocar fondo con su derrota en el debut del Masters de Miami contra el belga David Goffin.
En Barcelona su tenis no ha sido tan chisposo y ornamental como en sus mejores días, pero en cambio sí dió muestras de una recuperada fiablidad en instantes como el final del primer set de su cruce del viernes ante un especialista en complicar la vida a sus oponentes como Alex De Miñaur, el tenista que en 2024 más ocasiones rompió el saque de sus oponentes.
Solventado el compromiso del australiano, ahora espera entre los tenistas que más ha ya que charlar en las últimas semanas. Incluso en expresiones del propio Alcaraz, al que se le preguntó por Arthur Fils ya en su rueda de prensa anterior al inicio del torneo del pasado lunes: “Jugué con Arthur en Montecarlo por primera vez y salí de la pista asombrado de la fuerza y el físico que tiene”.
Se refería Carlos al duelo que hace apenas ocho días les cruzó en cuartos de final de aquel torneo. La joven promesa francés ganó el primer set y en el segundo llegó a tener tres bolas de break que, de haber aprovechado, le hubieran tolerado sacar para ganar en el próximo juego. Alcaraz remontó y Fils se quedó en la barrera de cuartos como en los sus anteriores Master 1.000 que ha disputado (Indian Wells y Miami), pero gracias a esos desenlaces desde esta semana es 14º en el ránking ATP, la mejor situación de su carrera.
Fils, la promesa que sonríe igual que todos y cada uno de los jugones
La lengua francesa luce por su tenis belicoso , su exuberancia física (mide 185, solo dos centímetros mucho más que Alcaraz y en cambio pesa 9 kilos más : 83 por 74) y un concepto lúdico del tenis que él mismo resumía de esta forma en una entrevista con ATP a finales de 2023: “Mi propósito es disfrutar cada instante en pista. Sonreír en todos y cada partido y ofrecer lo destacado de mí".
Sobre el aspecto físico le preguntaron a Alcaraz en la previa , dado el contraste entre sus 100 minutos de partido en semifinales y los solamente 15 que tuvo Fils hasta la retirada de Tsitsipas: "Fils tiene físico de sobra para soportar lo que le venga. Si podría haber sido un partido largo, yo creo que estaría al cien %. Ahora va a haber descansado pero sin ritmo, o eso deseo meditar ", concluyó el murciano.