El PSG logra la primera Supercopa de Europa de su historia abonándose a la épica. Desde el principio del encuentro , el actual campeón de la Champions League acusó la falta de rodaje tras un verano atípico. Enfrente, un Tottenham que tuvo contra las cuerdas a lo largo de prácticamente todo el partido a los de Luis Enrique pese a llegar como la \'cenicienta\' a la cita.
El conjunto londinense salió bien armado en defensa, con una línea de cinco a la que nos acostumbraremos esta temporada. Van de Ven, Romero y Danso formaron el trío de centrales, que a lo largo de toda la primera parte evitaron que el juego interior del PSG fructificara en ocasiones de riesgo.
Entró al partido con más ímpetu el Tottenham, bien aceitado tras un mes de pretemporada y seis amistosos a sus espaldas. Los primeros diez minutos fueron de una presión asfixiante sobre un PSG que llegaba al acercamiento con solo una semana de entrenamiento, sin ritmo de partido (el último que disputaron fue el de la final del Mundial de Clubes frente al Chelsea, el 13 de julio). La falta de rodaje se notó.
Una vez los de Luis Enrique consiguieron liberarse de la presión, el balón empezó a pasar poco a poco más tiempo en las botas de los parisinos mientras los ‘Spurs’ aguardaban bien juntitos atrás. La pizarra de Thomas Frank era clara: robo y salida rápida para coger desarmado al PSG.
Marquinhos, Pacho y compañía debieron llevar a cabo grandes esfuerzos recobrar la situación y cortar las conducciones eléctricas y verticales de Richarlison y de un Kudus que fue de lo destacado del partido. Justamente el brasileño dio el primer aviso serio a los de Luis Enrique, con un potente disparo tras una gran conducción vertical del insaciable Kudus. Chevalier respondió sacando una aceptable mano para enviar el balón a córner. El guardameta francés no conseguiría evitar el primero del Tottenham tan solo unos minutos más tarde.
En el 39’, Vicario botó al área un centro a balón parado desde el medio campo. Tras un rechace que no despejó con contundencia el PSG, Chevalier efectuó una parada irrealizable al disparo a bocajarro de Palhinha. El balón se estrelló en el larguero tras la estirada del francés y Van de Ven recogió el choque para empujarla al fondo de la portería. A pesar de que los parisinos dominaban claramente la posesión, los asaltos eran lentos , estáticos, sin buscar la espalda ni desbordes por fuera frente a un Tottenham muy cómodo, hundido en su área. Poco quedaba del ritmo de juego asfixiante del PSG que dominó Europa la temporada pasada
El segundo gol de los londinenses no se hizo esperar. Otra vez a balón parado, Pedro Canuto la colgó desde la línea de tres cuartos para que Romero rematara libre de marca. El cabezazo picó en el césped frente a un Chevalier que no calculó bien el bote y vio como el balón se le colaba en la portería.
El PSG no levantó cabeza tras el gol, acosado por las internadas y múltiples centros de los londinenses. A la hora de partido, los de Luis Enrique no habían rematado ni una sola vez a portería, pero con la calidad individual que acumula la escuadra gala no te puedes relajar ni un segundo. En el ecuador de la segunda parte Barcola, tras una jugada plagada de rechaces, logró rematar en el área y colarla dentro de la portería de Vicario, pero la jugada fue anulada por fuera de juego.
Con el paso de los minutos al Paris Saint-Germain le entraron las urgencias y comenzaron a sucederse las llegadas de verdadero riesgo , aprovechando el desgaste del Tottenham. “A conocer si metemos”, se pudo leer en los labios de Luis Enrique a falta de cinco minutos. Y, tal y como si lo hubiese invocado, apareció el ansiado tanto de la promesa. Kang-In Lee recogió un rechace al filo del área y disparó con potencia entre un mar de piernas. El balón se clavó en el del costado de la red ante la estirada estéril de Vicario.
El Tottenham padeció de lo lindo a lo largo de los últimos minutos, especialmente cuando vieron como la tablilla del cuarto árbitro marcaba seis minutos de prolongación. Lo que no había hecho en todo el partido el PSG empezó a ponerlo en práctica, y el segundo acabó por caer.
A falta de un minuto a fin de que terminara el partido, Dembelé puso un centro provocador a fin de que Gonçalo Ramos, que estaba donde tenía que estar un delantero centro, la empalara de cabeza al fondo de la portería. El Tottenham dejó vivir al PSG muy cerca del área y terminó pagándolo. Los penaltis decidirían al nuevo rey de Europa.
Vitinha comenzó errando la primera pena máxima de los parisinos, con un disparo muy desviado impropio de la calidad del portugues, pero Chevalier asistió al salve mucho más adelante. El asombroso sustituto de Donnarumma se rehízo del fallo en el segundo gol y atajó el disparo de Van de Ven. Acto seguido, Mathys Tel mandó de forma directa fuera la cuarta pena máxima de los londinenses y Nuno Mendes no falló el quinto y definitivo para darle al PSG su primera Supercopa de Europa.
El Tottenham tuvo un par de veces el partido en el bolsillo: a lo largo de los 90 minutos y en los penaltis. Pero en el fútbol el aspecto físico no es así todo. Pese a llevarle tres semanas de virtud en lo que se refiere a preparación al Paris Saint-Germain, los de Luis Enrique supieron confiar hasta el final sin rendirse en ningún momento. A un vencedor de la Champions League nunca lo tienes que ofrecer por muerto.