No hubo milagro en el Bernabéu. En esta ocasión no. Era la mucho más difícil de todas , por el 3-0 de la ida, pero el juego del Real Madrid jamás invitó a soñar. Los de Ancelotti se chocaron contra un buen Arsenal , que aguantó en el momento en que le tremieron las piernas y hasta se atrevió a mucho más cuando vio la oportunidad. El rey de Europa no mantendrá su corona.
Los mejores minutos del Madrid vinieron al principio , cuando el sentimiento casi febril de las gradas llegó a las venas de los jugadores de Ancelotti. Courtois paró un penalti a Saka y las puertas del psiquiátrico se abrieron. El VAR se ocupó de cerrarlas cuando , tras seis minutos de revisión, logró a Letexier desdecirse de otra pena máxima que pitó en pos de los blancos.
La llama se fue apagando y el Arsenal , ya en la segunda mitad, se adelantó. Solo pareció seguir suponiendo Vinicius, que empató a los 2 minutos del 0-1. Mbappé, al que anularon un gol, se fue lesionado sin tirar a puerta. Martinelli logró el 1-2 ya en el descuento. Ancelotti falló con su plan frente a Arteta y es el gran señalado que deja la eliminatoria. El campeón se despide de la competición.
El Real Madrid empezó jugando el partido desde el recibimiento al autobús del aparato en la Plaza de los Sagrados Corazones. Miles de madridistas se reunieron allí en lo que ya es una tradición que antecede a las grandes noches. Le prosiguió el tifo desplegado en el fondo sur, ya en el estadio, con el lema "La factoría de los sueños. Haz el nuestro Real". Y cargadas de sueños, todas esas almas merengues dieron inicio a la velada.
Las puertas del \'psiquiátrico \' del Bernabéu tardaron precisamente 2 minutos en abrirse. Los que pasaron desde el pitido inicial del francés Letexier hasta que Mbappé empujó a gol un balón con el pecho. Era fuera de juego. Tan claro que no hubo protestas. La semilla, sin embargo , ya se encontraba plantada.
En esa sobreexcitación inicial, Alaba se llevó una amarilla demasiado pronto (4\'). El austriaco repitió como lateral izquierdo, mientras que en el derecho arrancó Lucas Vázquez. Ancelotti lo tuvo claro: cuanto más cerca del área contrincante tuviera a Valverde, mejor. El Armamento —que repitió el once del Emirates— supo soportar el arreón inicial del Madrid, que era bien difícil , y ha podido hasta silenciar el Bernabéu.
Fue en el minuto 12. En el momento en que nadie lo aguardaba , el VAR llamó al colegiado francés para informarle de un penalti. Era en el área del Madrid. Asencio había derribado con un agarrón a Mikel Merino en un córner. Tras vacilar unos minutos con el balón el exmadridista Odegaard, el que lo lanzó por último fue Bukayo Saka. La lengua inglesa se la jugó a lo Panenka y se lo adivinó Courtois. El estadio se vino abajo. El 1-0 ya estaba aquí, si bien por el momento fuera sólo mental.
Los gunners tenían un plan claro: soportar la pelota lo máximo viable y también interrumpir el ritmo del Madrid con una presión combativa. Se tambaleó el equipo de Arteta cuando el árbitro pitó otro penalti, pero en el área de los ingleses. Rice tiró al suelo a Mbappé con un agarrón. Como Asencio a Merino. Festejó el Bernabéu, pero el VAR logró de las suyas. Mucho más de cinco minutos estuvo revisando —en el momento en que no debía por el hecho de que el agarrón existió— hasta que llamaron a Letexier al monitor. La lengua francesa se retractó y anuló incomprensiblemente la pena máxima.
La jugarreta del VAR fue un bajonazo anímico para el madridismo. Demasiadas emociones en solo media hora y aún hacían falta exactamente los mismos tres goles que al inicio. El Madrid todavía no había tirado a puerta. Raya, el portero español del Arsenal , fue reprendido por perder tiempo regularmente en sus saques de puerta. Arteta deseó ralentizar el partido en todo instante. Catenaccio al estilo Premier.
Se añadieron siete minutos de descuento por las pérdidas del VAR. El agregado se lo pasó el Madrid colgando balones —demasiados (23) en toda la sección primera —, ante la mejor defensa del área de Europa. Llegó el descanso , sin goles. Nada que reprochar a los hombres de Ancelotti en actitud y en ganas, pero en fútbol se han quedado cortísimos.
El sueño de la remontada se complicaba. Carletto no logró cambios en el reposo , si bien sí puso a calentar a Ceballos. El (pobre) juego del Madrid pedía a voces la entrada del utrerano o de Modric, a la par que los llenes gunners se agradaban cantando \'olés\' en las posesiones largas de su equipo. Vinicius probó por primera vez a Raya pasado el minuto 55, aunque eso no evitaría el enfriamiento paulatino del ambiente.
Ancelotti puso en marcha la revolución al cumplirse la hora del partido. Metió de una vez en el campo a tres jugadores —Endrick, Fran García y Ceballos— y quitó a Rodrygo, Alaba y Lucas. A 30 minutos del final, los nervios apretaban.
El Armamento , por su parte , había animado a jugar como no lo hizo en la primera mitad y Saka mandó callar al Bernabéu. La lengua inglesa , que en el reposo se encaró con Carvajal a la entrada del túnel de vestuarios, se rehizo del penalti fallado y acabó una aceptable jugada combinativa gunner. 0-1 y el Madrid tenía que marcar cinco goles para clasificarse.
No obstante , el Madrid en el Bernabéu siempre se almacena la carta de lo impredecible. Lo que sucedió a los dos minutos del gol del Armamento. Saliba, que hacía un partidazo, se durmió y Vinicius, que proseguía suponiendo aunque no le salieran las cosas, lo aprovechó para marcar. Empate, y el estadio otra vez encendido. La balanza volvía a punto neutro, pero el reloj proseguía corriendo.
Ancelotti tenía listo el cuarto cambio —Modric por Asencio— en el momento en que se vio obligado a realizar el quinto. El motivo : una lesión de Mbappé, que se dobló el tobillo. El Madrid tendría que buscar tres goles en 20 minutos sin su \'9\'. Otro irrealizable mucho más a la lista. Brahim entró al campo por la lengua francesa.
Se fue congelando el Bernabéu definitivamente a media que se veía que ya no había nada que realizar. El Madrid se había quedado sin milagros en su cartuchera. No estuvo cerca del segundo gol que hubiera recobrado las energías. En el descuento, ahora sentenciado todo, marcó el Arsenal para cerrar la noche con victoria. El creador fue Martinelli.
Esto le ahorró unos segundos a algún aficionado que dejó su asiento sin aguardar al pitido final. Entre aquéllos que se quedaron se escucharon silbidos como conclusión a una noche de juego muy pobre por parte del campeón. La Champions tendrá nuevo rey.