Hay ocasiones , pocas , en las que el cántaro va a la fuente, pero nunca se acaba de romper. El día de hoy , el Villarreal, por mucho que lo procuraba , no conseguía llevarse el gato al agua. Una estadística que de esta forma lo certifica son los diez disparos del grupo de Marcelino, de los que ninguno fue a puerta, en ninguno de ellos tuvo que accionar Vicario. Lo cierto es que el Tottenham tampoco se achicó, intentando encontrar siempre y en todo momento la portería de Luiz Júnior, que solo encontró (suficiente para ganar) en una ocasión. Una jugada muy desafortunada donde el portero brasileño no conseguía hacerse con el balón, que acababa metiéndose el balón en su propia portería. Uno a cero en el minuto tres, que permaneció en el marcador hasta el final.
Qué bonito es el fútbol cuando se regresa orate. En esas ocasiones , la táctica pasa a un segundo plano – para desquicie de los entrenadores- y los players procuran mucho más el gol con el corazón que con la cabeza. Eso es exactamente lo que ocurrió en el primer tiempo del partido, un ida y vuelta constante entre los dos.
En ese ámbito triunfaron los ingleses, eso sí, con asistencia. En el minuto 3, un centro lateral sobre el área del Villarreal, sin aparente peligro , acabó enredado en las mallas de la portería del grupo visitante. Luiz Júnior, al intentar hacerse con el balón, terminó perdiendo el control sobre él, adelantando al Tottenham.
Desde ese momento medró el equipo de Marcelino, buscando por banda a sus puñales, que no tenían el día. Buchanan y Pepe erraron en sus oportunidades , visibles , y no consiguieron poner el empate. Tampoco logró aumentar su ventaja el Tottenham, que pidió penalti hasta en un par de ocasiones y que obligó , en el 30\', a una estirada irrealizable al meta brasileño del Villarreal.
Tras el caos de la sección primera llegó la tranquilidad en una segunda, igualada también , pero con otro ritmo. Primó la pizarra y los dos equipos trataron de crear desde atrás, con tranquilidad , para buscar el gol. El de la calma para el Tottenham, el del empate para el Villarreal. Tras escasas oportunidades a lo largo de los primeros 35 minutos, no llegó el tanto, pero sí lo hizo la polémica.
Georges Mikautadze recibió el balón entre líneas y cogió dirección portería, solo seguido por los dos centrales del grupo inglés. Tras dejar a Romero atrás, cruzándose por delante del argentino, y prácticamente mejorando el tiro , Micky Van de Ven derribó al georgiano. Jugada manifiesta de gol, pero el árbitro interpretó que el neerlandés no era el último hombre y solo vio la cartulina amarilla. En expresiones de Ayoze Pérez: "no comprendemos el criterio ".
No obstante , la falta, peligrosa , no entró y el Villarreal no logró hallar ningún resquicio en la defensa londinense. Cuatro años después, en su regreso a la Champions, el submarino amarillo naufraga en un partido, en el que mereció más , pero aún con siete chances para meterse en los 24 primeros que garantizan, cuando menos , el playoff de la máxima competición europea.