ElAtlético de Madrid necesitaba reponerse después de su fracaso en la primera jornada contra elRCD Espanyol. Sin embargo, no lo consiguió. Diegopablo Simeone, el entrenador colchonero, había señalado que el equipo debía mejorar su nivel para seguir el ritmo del crecimiento del club.
No obstante, lo cierto es que, después de dos jornadas, ha sufrido dos tropiezos. Para un equipo como el rojiblanco, que ha experimentado un aumento en las expectativas y la presión debido a la inversión y los cambios en la plantilla en las dos últimas temporadas, este inicio es preocupante, aunque no tanto en cuanto al rendimiento del juego.
Es obvio que, dada la calidad de sus jugadores, así como sus nombres y jerarquía, esteAtlético debería haber logrado más que solo dos puntos en sus primeros encuentros. El problema, según lo que menciona Simeone sobre la competencia, es que en una liga comoLaLiga, donde sus dos principales rivales -BarcelonayReal Madrid- puntúan poco, empezar de esta manera es inquietante.
Con el paso del tiempo, la adaptación de los nuevos fichajes permitirá alAtlético mejorar, pero su necesidad de resultados compite con la necesidad de tener paciencia. Lamentablemente, paraSimeoney su equipo, el fútbol no espera por nadie.
El equipo dirigido porÉder Sarabia trataba de mantener el control del juego a través de la posesión del balón, realizando jugadas largas y contando con un portero comoDituro, que a menudo se encontraba a 30 metros de su arco, contribuyendo al inicio de las jugadas como si fuera un jugador de campo más. El conjunto ilicitano combinaba esta estrategia de juego corto con pases largos, creando segundas jugadas gracias a la altura deÁlvaro RodríguezyRafa Mir.
Esta estrategia, en especial la primera, resultaba arriesgada frente a un Atlético que basa su juego en robar balones y aprovechar los errores del oponente. Curiosamente, el equipo de Simeone no inauguró el marcador así, sino gracias a una combinación entre la defensa y el ataque que demostraba que el fútbol es fácil si se lleva a cabo correctamente. Hanckolevantaba la cabeza y pasaba el balón desde 30 metros a la espalda de la defensa adversaria, permitiendo a Sorloth marcar con un toque por encima deDituro. Fue un gol impresionante.
Parecía que elAtlético tenía el control del partido y que el recién ascendido Elche no podría lidiar con la presión del entorno. No es casualidad que el equipo levantino no haya logrado puntuar en el estadio del club rojiblanco en los últimos 57 años.
Los dirigidos por Simeone estuvieron cerca de marcar su segundo gol en la tarde, tras un rápido contraataque. No sería la primera vez que eso ocurría. Thiago Almada y Julián Álvarez se comunican a la perfección con solo intercambiar miradas. Juegan a una velocidad casi mental. La Araña se inventó una jugada excepcional; Almada le devolvió el balón con un pase mirando a las gradas, dejando a Sorloth en una posición ideal. El noruego tuvo la oportunidad de anotar, pero falló en su intento uno a uno contra Dituro. Y como todos saben, el fútbol tiene sus reglas. De un posible 2-0, se pasó a un 1-1. En la jugada siguiente, el equipo ilicitano reaccionó rápidamente. Pasados quince minutos, Valera cambió el juego desde su propio campo, Álvaro Rodríguez le pasó el balón con comodidad a Rafa Mir en el área, quien superó a un Oblak casi desprotegido.
El Atlético tuvo que comenzar de nuevo esta fase de la temporada. Nuevamente, la conexión entre Julián y Almada fue la clave del peligro. La jugada fue casi idéntica a la del primer gol, pero en esta ocasión, Thiago dejó a un Giuliano solo, el cual se inclinó demasiado y, al ser presionado por la defensa, su tiro fue desviado. En esa parte del juego, el más joven de los Simeone mostró mucha habilidad, pero le faltó calma para hacer el pase final adecuadamente. En dos oportunidades estuvo cerca de dejar a Sorloth en una buena posición para marcar.
El Elche intentaba controlar el tiempo en el cierre de la primera mitad. Cada tiro de meta, falta o saque de banda se convertía en un ejercicio de paciencia tanto para los espectadores en el Metropolitano como para Soto Grado, quien no presionaba a los visitantes ni los castigaba por demorar la reanudación de las jugadas.
La segunda mitad comenzó sin modificaciones para el Atlético, que seguía intentando imponerse a un Elche que se había replegado más, sin buscar mantener la posesión del balón, sino cuidándose para salir al contraataque. El equipo de Simeone tuvo dificultades para generar oportunidades claras. Un tiro de Barrios, tras una jugada colectiva, se encontró con una barrera de piernas que había delante.
El técnico argentino buscaba soluciones haciendo cambios. Entraron Gallagher, Griezmann y Raspadori, mientras que se fueron Cardoso, Almada y Sorloth. No todos los reemplazados eran los que más lo necesitaban, si se observaba su fatiga y gestos, pero así fue. Antoine fue el primero en intentarlo con un disparo desde fuera del área, que fue detenido por Dituro. Éder Sarabia también introdujo jugadores frescos, como André Silva y Neto.
El Atlético continuaba sin aparentar la energía necesaria, y el Cholo arriesgó todo. Entraron Javi Galán y Nahuel Molina, en sustitución de Ruggeri y Giuliano.
Ya se había mencionado que el Elche juega con su portero muy adelantado, y una pérdida de balón en el minuto 79 casi les cuesta caro. Gallagher intentó sorprender desde el centro del campo, pero su tiro se fue un poco desviado.