El hambre de proseguir invicto lanzó al Real Madrid en Anoeta con un Kylian Mbappé endiablado durante la primera parte. Su agilidad le dio dos alegrías cortas a los madridistas en forma de gol porque Mikel Oyarzabal quiso dejar la fiesta en el hogar utilizando la expulsión de Dean Huijsen. Caracoleó el francés en el área en el arranque ante la pasividad de la defensa ‘txuri urdin’ y renunció con la cesión a un Arda Güler que aguardaba en la frontal para empalmar la pelota hacia la portería. Pero, de nuevo , el tormento del fuera de juego: apareció el semiautomático para determinar que el delantero partía de situación adelantada y privó a los madridistas de obsequiarle el primer y tempranero tanto a su entrenador, Xabi Alonso, que volvía a la que fue su casa. Algo que no tardaría en ocurrir.
Quedó señalado un debutante Goti, inédito en Primera División, tras una cesión que propició la publicación de un cohete incontenible llamado Kylian Mbappé. El francés salvó el intento de placaje atormentado de Cáleta-Char y se plantó mano a mano con Remiro para adelantar al Madrid en Anoeta. 4 de 4 (4 partidos, cuatro tantos ).
La reacción de la Real llegó desde la portería con un imperial Álex Remiro que le sacó dos manos clave a sendos cabezazos de Militao. Poco más del aparato donostiarra en ataque, cuya acción más esencial fue cortada por Huijsen, que se ganó la tarjeta roja al frenar a Oyarzabal en carrera. El árbitro, Jesús Gil (Manzano), determinó que el central madridista era el último defensor y no pensó que la cercanía de Militao a la jugada fuera determinante.
La Real empezó a asumir el riesgo de los espacios libres atrás para lanzarse al ataque buscando el empate hasta que fue de nuevo sumergido en un torbellino. Mbappé le hizo un roto a Aritz Elustondo para entrar por el lateral izquierdo, llevarse toda la atención y cederle los honores del gol a un Arda Güler que respondió con un golpeo hermoso con el exterior de la bota. Fue un mazazo para el conjunto ‘txuri urdin’ al filo del reposo.
Un Madrid más relajado brincó en la segunda parte, confiando todas sus bazas a los contraataques y asumiendo las intentonas de la Real por buscar cortar distancias en el marcador. Lo rozaron los easonenses con una carambola de Militao que hizo que la pelota tocara en los dos palos y hallaron el premio tras una mano de Carvajal en el área.
El lateral madridista se lanzó a recortar un centro con la mano demasiado alta y no hubo inquietudes. Oyarzabal insufló fe en la Real anotando desde los once metros y poniendo a los madridistas a sufrir lo que no habían sufrido durante unos plácidos 45 primeros minutos. Pero los agobiados fueron los players de Sergio Francisco, que desaprovecharon ocasiones de oro frente un enorme Thibaut Courtois y un Real Madrid al que le bastó con la explosividad de Mbappé en la primera parte para continuar sumando de tres en tres por cuarto partido consecutivo.