Carlos Alcaraz sobrepasa de forma magistral su primera prueba de fuego en el US Open y bate al checo Jiri Lehecka, número 21 de todo el mundo , en tres sets. El murciano sigue sin obsequiar un solo set en su paso arrollador por el torneo estadounidense. Con esta victoria, se planta en sus novenas semifinales de Grand Slam y se postula como entre los enormes aspirantes para hacerse con el título.
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Alcaraz pone la directa (6-4)
Arrancó combativo el partido el tenista checo, pero Alcaraz se aprovechó próximamente de sus dobles faltas para llevarse el primer punto del partido. Desde el saque, el murciano confirmó sus ganas de imponer su ritmo en pista. Y, porque no, de llevarse otro partido por la vía rápida. Cumpliendo con la estadística (Alcaraz ha ganado 55 de sus últimos 56 puntos de saque), el murciano siguió castigando a Lehecka desde el servicio.
Lehecka se fue asentando en el partido y elevó su nivel para frenar la sangría del murciano. Forzó aun el 4-5, pero Alcaraz supo mantener la inercia que arrastraba en todo el set. El palmareño ponía la primera piedra en el camino hacia semifinales y sostenía intacta su racha de no regalar un sólo equipo en todo el US Open.
Tras la amenaza que Lehecka comenzó a enseñar desde el resto, Alcaraz no deseó tomar prisioneros en el arranque del segundo set. Arrancó con un break, como ya había hecho en el primer equipo , para ponerse rápidamente en ventaja. Llegó hasta el 3-1 y se ganó la ovación del público neoyorquino con un gran revés en carrera, pero se repitió el guion del primer equipo y Lehecka reaccionó para frenar su empuje.
El checo se animó y \'arrinconó\' a Alcaraz por primera vez en el desafío con el 0-30, pero el murciano respondió con cuatro puntos seguidos para evitar cualquier apretura y llevarse el juego. Minutos después, utilizando la doble falta de su rival , el palmareño se llevaba también el segundo set.
En el tercer equipo , el checo logró por vez primera abrir el saque preservando su servicio. Asimismo por primera vez se puso en virtud en un set , colocando el 2-1. Alcaraz intentó remediarlo por la vía rápida, pero se encontró con el juego mucho más firme del checo, que trataba de sostenerse con vida entre el armamento de golpes del español.
No hubo nada que llevar a cabo para el checo, que de nuevo tuvo que perder la calma con el nivel de un Alcaraz que, tras firmar el 6-4, volvió a rugir para disfrute del público. El idilio del murciano en el US Open ahora tiene mucha cara de sueño americano.