
El Celta supera los 20 puntos tras ganar a un gran Mallorca merced al halo de seguridad que crea el estadio. A medio realizar, el estadio alcanzó un estatus trascendente. El Celta se siente protegido y se atreve. Siente que el ruido de la grada son argumentos contra los que no puede ni el mal fario. Ayer, superó al Mallorca en uno de esos partidos que cimientan una temporada apacible. Hacía falta ganar y se ganó. Además, a un contrincante más que apreciable que pide mucho. Pero en casa, este aparato está capacitado para darlo todo.
Desea aprovechar al límite Claudio Giráldez, técnico celeste, esa cúpula de poder que genera Balaídos.